El sedentarismo y sus consecuencias

El pasado 6 de abril se celebró el día Mundial de la Actividad Física con el objetivo de invitar a toda la población a reflexionar sobre la necesidad de ser más activos y disminuir el sedentarismo. Es por ello que la entrada de hoy la queremos dedicar a hablar del sedentarismo y sus consecuencias.

El sedentarismo está detrás de más de 5,3 millones de muertes anuales en todo el mundo, unas cifras muy similares a las del tabaco, para que nos hagamos una idea de la peligrosidad de este mal hábito. Además este problema afecta de una forma aún mayor a nuestro país, ya que somos uno de los países europeos con una mayor tasa de sedentarismo.

El sedentarismo es la falta de actividad física regular, definida como: “menos de 30 minutos diarios de ejercicio regular y menos de 3 días a la semana”. La conducta sedentaria es propia de la manera de vivir, consumir y trabajar en las sociedades avanzadas. Sin embargo, la inactividad física no es simplemente el resultado del modo de vida elegido por una persona: la falta de acceso a espacios abiertos seguros, a instalaciones deportivas y a terrenos de juegos escolares; así como los escasos conocimientos sobre los beneficios de la actividad física y la insuficiencia de presupuestos para promover la actividad física y educar al ciudadano puede hacer difícil, si no imposible, empezar a moverse.

Se considera que una persona es sedentaria cuando su gasto semanal en actividad física no supera las 2000 calorías. También lo es aquella que sólo efectúa una actividad semanal de forma no repetitiva por lo cual las estructuras y funciones de nuestro organismo no se ejercitan y estimulan al menos cada dos días, como requieren.

Está comprobado que los estilos de vida sedentarios constituyen una de las 10 causas fundamentales de mortalidad, morbilidad y discapacidad; constituyendo el segundo factor de riesgo más importante de una mala salud, después del tabaquismo. El sedentarismo duplica el riesgo de enfermedad cardiovascular, de diabetes tipo II y de obesidad; asimismo, aumenta la posibilidad de sufrir hipertensión arterial, osteoporosis, cáncer de mama y colon, o padecer mayor sintomatología ante el Covid-19, entre otros.

Entre los beneficios de su práctica regular encontramos los siguientes:

· reduce el riesgo de muerte prematura.

· reduce el riesgo de muerte por enfermedad cardiaca o accidente cerebrovascular, que representan un tercio de la mortalidad

· reduce hasta en un 50% el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo II o cáncer de colon

· contribuye a prevenir la hipertensión arterial, que afecta a un quinto de la población adulta del mundo

· contribuye a prevenir la aparición de la osteoporosis, disminuyendo hasta en un 50% el riesgo de sufrir una fractura de cadera.

· disminuye el riesgo de padecer dolores lumbares y de espalda

· contribuye al bienestar psicológico, reduce el estrés, la ansiedad, la depresión, y los sentimientos de soledad

· ayuda a controlar el peso disminuyendo el riesgo de obesidad hasta en un 50%.

· ayuda a desarrollar y mantener sanos los huesos, músculos y articulaciones.

De todos modos, tan peligroso es el sedentarismo como lanzarse a la aventura de manera descontrolada sin supervisión de profesionales, por ello es básico que toda la actividad física que vayamos a practicar esté regulada y pautada por profesionales.

Para concluir debemos añadir que la práctica de actividad física no debe ser extenuante para lograr beneficios para la salud, con lo que realizando ciertos ejercicios básicos podremos mantenernos activos logrando los resultados que buscamos para alejar de nosotros el fantasma del sedentarismo y sus consecuencias.

Algunos beneficios colaterales de la práctica de actividad física por parte de la población conllevan una serie de beneficios sociales tales como la reducción de costes en atención sanitaria, aumento de la producción y participación en actividades deportivas y recreativas, disminución de absentismo laboral por estrés, dolores musculares y depresiones así como una mejora en el rendimiento escolar.

Por ello si aún no lo has hecho, te invitamos a cambiar de hábitos para que busques una mejor versión de ti mismo y estés en un estado de salud inmejorable.

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