En la actualidad, resulta natural encontrar mujeres que han hecho del deporte su forma de vida, como afición y profesionalmente. En gran medida, se lo debemos a mujeres que rompieron barreras y salvaron obstáculos sociales para practicar el deporte y visibilizar la competición deportiva femenina.
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Sirva este post, que recoge algunas de las hazañas que marcaron una época, como humilde homenaje a estas pioneras del deporte que lucharon para que la paridad en este sector se perciba cada día más cerca. Haber llegado a este punto se lo debemos a mujeres como:
Kathrine Switzer
Su gusto por el running comenzó a los 12 años de edad. Tomó por rutina correr un kilómetro diario en el jardín de su casa por recomendación de su padre, coronel del ejército estadounidense. Fue él quien también la alentó a practicar hockey hierba en vez de hacerse animadora. En ese instante, Katherine descubrió que en el deporte no tenía por qué haber distinciones entre mujeres y hombres.
En su etapa universitaria, cuando estudiaba periodismo con el fin de convertirse en comentarista deportiva, profesión también vetada para las mujeres de la época, conoció al que sería su entrenador. Ambos decidieron apuntarse al Maratón de Boston y ella se vio obligada a utilizar sus iniciales en la inscripción y hacerse pasar por hombre para obtener el dorsal.
El día de la carrera y cuando tan solo llevaba dos kilómetros de recorrido, el organizador se abalanzó sobre ella gritándole: “Sal de mi carrera y entrégame ese dorsal”. Katherine consiguió zafarse y terminar la carrera gracias a su coraje y al apoyo de otros corredores que, mostrando un gran espíritu deportivo, ejercieron de escolta ayudándola a alcanzar la meta.
Jamás ha dejado de practicar su pasión y, desde entonces, ha participado en otros 33 maratones. El dorsal que portó en aquel primer maratón, el 261, continúa siendo hoy día un símbolo de igualdad.
Barbara Buttrick «The Mighty Atom of the Ring»
Primera boxeadora reconocida. Barbara Buttrick comenzó a interesarse por el boxeo con 15 años, cuando su madre le dio un periódico para que se limpiara las botas. En él leyó una noticia de Polly Burns, boxeadora profesional, que la fascinó y le sirvió de inspiración para decidirse a luchar por dedicarse a este deporte de forma profesional.
Ese día, Barbara compró unos guantes y un libro de autodefensa y se apuntó al gimnasio Mickey Woods, en el que vio la oportunidad de luchar por sus sueños.
Cada noche al salir del trabajo, entrenaba durante tres horas siguiendo los consejos de su entrenador, Len Smith, el hombre con el que más tarde se casaría. Fue aquí cuando comenzó a alimentar el mito. En una de las entrevistas que le hicieron afirmó: “Las chicas ya no son las flores delicadas que solían ser”. Esta declaración supuso un acicate en la normalización de las mujeres en el boxeo.
En 1952 se mudó a Estados Unidos. Pocos años después, en 1957, se proclamó ganadora del Campeonato Mundial de Boxeo, lo que la convertiría en la primera mujer en conseguir un título oficial de boxeo.
En 1959 participó en la primera pelea oficial de boxeo femenino retransmitida por radio.
Años después de retirarse, en 1993, decidió fundar la Federación Internacional de Boxeo Femenino para animar y hacer más accesible la presencia de las mujeres en este deporte.
Alfonsina Estrada
Primera y única mujer en participar en el Giro de Italia masculino, 1924 La afición de Alfonsina por la bicicleta comienza con tan solo 10 años, cuando su padre le regaló una vieja bicicleta. Nada más verla supo que esa era su pasión.
La joven entrenaba todos los días y participaba en algunas competiciones. Fue apodada como el “Diablo con vestido”. En 1924 se inscribió en el reputado Giro de Italia. Desafió las normas de la época terminando una carrera que no prohibía que las mujeres participaran puesto que ni siquiera contemplaba que pudiera darse la posibilidad.
En años sucesivos, la organización se opuso tajantemente a incluir mujeres y modificó el reglamento. Ella continuó montando en bicicleta el resto de su vida; venciendo a hombres, mujeres y prejuicios.
Jamás volvería a la carrera que la convirtió en leyenda. No importaba. En Smartfit aplaudimos la tenacidad de miles de heroínas y héroes que, con su ejemplo en el día a día, contribuyen a desterrar cánones injustos en pos de la igualdad. No eres lo que logras, eres lo que superas.